viernes, 21 de julio de 2017

Cinco poemas de José Sbarra

Te informo sobre la situación en casa, por si te interesa.
La persiana de nuestro dormitorio se trabó arriba y se niega a bajar.
Las puertas del armario bostezan de noche y de día.
La parte de tu lado de la cama se muere de aburrimiento.
Una banda de polillas insensatas se comió la cortina azul.
Cuelgan de todos los cajones lenguas de trapo sedientas.
Las toallas que olvidaste en el suelo envejecieron precipitadamente.
Los lirios de plástico que habías puesto sobre el calefactor se marchitaron.
No quiero exagerar, pero alguno de los Rolling Stones humedeció
con sus lagrimas la pared donde pegaste el póster.
El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón
mejor no hablemos)






Y si solo piensas en él
ámalo más,
y si te descalifica con una diferencia imprevista
ámalo más,
y si te lastima con su mirada
ámalo más
y si te golpea con sus palabras
ámalo más,
y si te traiciona
ámalo más,
y cuando sienta que eres la única persona imprescindible en su vida
abandónalo.





Elegimos el ejemplar más exótico,
nos enamoramos de su libertad
y empezamos a construirle una jaula.




Hermano, creeme, no son celos
ni tampoco resentimientos.
No la odio a ella ni le guardo rencor a él.
Que juntos los dos sean felices.
Que tengan paz.
Que sean libres de amarse mucho.
Una sola cosa deseo.
No es por sed de venganza
se trata de un inocente capricho,
hermano, sabes que no tengo maldad.
Mi deseo es que una noche ella
apretada a su cuerpo
en sus oídos se equivoque y le susurre mi nombre.





El verbo es amar
amar bien
amar mal
amar como sea
pero amar.
La clave es amar
y cuando todo duela
amar con mayor intensidad
y cuando todo se torne insoportable
amar el doble.



(Escritos extraídos del libro El mal amor, editado por Dagas del sur, 2017).

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